Rehabilitación después de prótesis de hombro

Rehabilitación después de prótesis de hombro

Recuperar la movilidad y la fuerza del hombro tras una artroplastia es un proceso que requiere planificación, constancia y supervisión experta. Desde el primer día tras la cirugía hasta la vuelta a tus actividades habituales, cada etapa de la rehabilitación desempeña un papel fundamental para asegurar un resultado exitoso y duradero.

¿Qué es una prótesis de hombro y cuándo está indicada?

La prótesis de hombro, o artroplastia, sustituye las superficies articulares dañadas por componentes metálicos y de polietileno, buscando aliviar el dolor y restaurar la funcionalidad. Está indicada en casos como:

  • Artrosis glenohumeral avanzada.
  • Fracturas complejas del húmero proximal.
  • Desgaste postraumático o artropatía por inestabilidad.
  • Necrosis avascular de la cabeza humeral.

Tipos de prótesis de hombro

  • Protesis anatómica convencional: respeta la anatomía original.
  • Artroplastia inversa: indicada cuando el manguito rotador está muy comprometido.
  • Prótesis parciales o resurfacing: conserva parte del hueso salvo en casos muy concretos.

“Cuento con más de 15 años de experiencia en cirugía de hombro y he implantado cientos de prótesis de hombro con resultados excelentes”, comenta el Dr. Luis Tomás Llano, especialista en hombro y codo.

Objetivos de la rehabilitación tras la artroplastia de hombro

La rehabilitación tiene cuatro metas esenciales:

  1. Control del dolor y la inflamación.
  2. Recuperación progresiva del rango de movimiento (amplitud articular).
  3. Fortalecimiento del manguito rotador y musculatura escapular.
  4. Vuelta segura a las actividades de la vida diaria y deportivas.

En la práctica clínica diaria, “la atención personalizada y el seguimiento postoperatorio son claves en la recuperación completa”, destaca el Dr. Tomás Llano.

Estructura de un programa de rehabilitación eficaz

Un protocolo de recuperación después de una prótesis de hombro se divide en fases bien definidas, que combinan fisioterapia, ejercicios de movilidad y fortalecimiento.

Fase I: Inmovilización y cuidados iniciales (0–4 semanas)

  • Uso de cabestrillo: 3–4 semanas para proteger la reparación articular.
  • Crioterapia y control analgésico: reducir hinchazón y dolor.
  • Ejercicios pasivos suaves: flexión y abducción asistida.
  • Trabajo de movilidad escapular: retracción y depresión.

Durante estos días, es importante seguir las pautas médicas al pie de la letra. “Mi filosofía se basa en ofrecer un trato cercano, ajustado a las necesidades de cada paciente, garantizando una recuperación óptima”, afirma el Dr. Tomás Llano.

Fase II: Movilización activa asistida (4–8 semanas)

  • Transición a ejercicios activos asistidos: poleas, bastón y movilizaciones autoasistidas.
  • Progresión del arco de movimiento: objetivo de 100° en flexión y abducción.
  • Mantenimiento de la fuerza del manguito mediante resistencia muy ligera.

Fase III: Fortalecimiento (8–12 semanas)

  • Ejercicios isotónicos con bandas elásticas y mancuernas ligeras.
  • Trabajo de estabilización escapular: plancha lateral modificada y ejercicios de serrato anterior.
  • Evaluación periódica de la amplitud y la fuerza por parte del fisioterapeuta.

Fase IV: Retorno a la actividad funcional (3–6 meses)

  • Ejercicios de bajo impacto: natación, bicicleta estática.
  • Práctica de actividades específicas: consultorio con balones medicinales, lanzamientos suaves.
  • Revisión de técnica y prevención de movimientos de riesgo.

Ejercicios clave para cada etapa

A continuación, te presentamos una serie de ejercicios recomendados que puedes integrar en tu rutina diaria. Consulta siempre con tu fisioterapeuta para adaptar la intensidad.

Ejercicios pasivos y autoasistidos

  • Pendulares: flexión hacia adelante con balanceos suaves.
  • Flexión con bastón: elevar con ambas manos.
  • Abducción asistida: con ayuda de la mano contralateral.

Ejercicios activos con resistencia moderada

  • Rotación externa con banda elástica (codo pegado al costado).
  • Rotación interna: con banda detrás de la espalda.
  • Remo bajo: sentado, banda en los pies, agarre al hombro.

Factores que influyen en la recuperación

La velocidad y calidad de la recuperación tras una prótesis de hombro dependen de varios elementos:

  • Edad y condición física previa.
  • Tipo de procedimiento (anatómico vs. inverso).
  • Adherencia al protocolo de fisioterapia.
  • Presencia de patologías concomitantes.

En la clínica del Dr. Luis Tomás Llano, se realiza un seguimiento multidisciplinar y personalizado que optimiza cada uno de estos aspectos.

Beneficios de elegir al Dr. Luis Tomás Llano

  • Técnicas mínimamente invasivas y artroplastia inversa de última generación.
  • Atención cercana y planes de rehabilitación individualizados.
  • Protocolos de fisioterapia diseñados por el propio Dr. Llano.
  • Seguimiento continuo desde el preoperatorio hasta la reincorporación total.
  • Éxito demostrable en centenares de casos con mejora significativa del dolor y la movilidad.

Preguntas frecuentes

¿Cuándo comenzar la fisioterapia tras la implantación de la prótesis?

Generalmente, la fisioterapia pasa de pasiva a activa entre la segunda y tercera semana, bajo supervisión médica y de un fisioterapeuta especializado.

¿Cuánto tiempo dura la recuperación total?

En líneas generales, se considera que la recuperación funcional completa puede tardar entre 4 y 6 meses, dependiendo del caso.

¿Puedo volver a practicar deportes de impacto?

Tras un periodo mínimo de 6 meses y con autorización médica, se permite retomar deportes de bajo impacto. Deporte de contacto o muy demandante se evaluará individualmente.

¿Existen complicaciones frecuentes?

La infección, la rigidez y el aflojamiento de componentes son raras con una técnica y seguimiento adecuados. El Dr. Llano realiza controles periódicos para detectar cualquier problema de forma temprana.

¿Qué puedo hacer en casa para acelerar la recuperación?

  • Cumplir con los ejercicios prescritos a diario.
  • Aplicar hielo tras la sesión de terapia para controlar la inflamación.
  • Mantener una dieta equilibrada rica en proteínas y calcio.
  • Evitar esfuerzos bruscos y movimientos de riesgo.
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